Capítulo IV: Infernal Dragons.
El pequeño
Teroz, sorprendido, observó como más de mil Dinos luchaban, trabajaban o realizaban cualquier actividad dentro de una enorme, enormesísima si la palabra existe, sala.
-¡Vamos, pequeño!-le gritó la
Wanwan, que ya se había adentrado en el gigante habitáculo.
El joven, demasiado sorprendido y confuso, dudó primero y anduvo después tras su compañera. Irían como por el centro de la cúpula, cuando entonces...
-¡Hola!-dijo un Kabuki acercándose a nuestros dos protagonistas-¡Hola, Maïa! ¿Quién es este pequeño Teroz?
-Lo encontré al lado del río Jumain. ¡Ha capturado él solo al ladrón de calabazas tan conocido que se ha librado de las fuerzas policíacas durante meses!-respondió la
Wanwan. Al parecer, Maïa era su nombre.
-Ya veo... ¡Ha de ser muy poderoso! O al menos, es muy buena persona-entonces, el Kabuki se dirigió al joven excavador-Hola. Me llamo Nicoquest. Soy el jefe del clan Infernal Dragons. Esta es nuestra base secreta. Dime..., ¿te gustaría unirte a nuestro clan?
-Yo...-el Teroz estaba confuso-Yo... cla... ¡claro que sí!
-¡Estupendo! Entonces, sígueme, te enseñaré tu sala. Tenemos muchas, así que tenemos que decidir una acorde con un Dino de raza Teroz-le dijo el jefe.
El Teroz y el Kabuki se dirigieron hacia una puerta, allá por el final de la cúpula andando recto. La Wanwan se quedó donde se encontraba unos segundos, luego, salió al exterior de la cúpula de nuevo. Parecía ser la encargada del reclutamiento. Los dos Dinos en cuestión llegaron a la, aparentemente, inalcanzable puerta. Entraron y...
El Teroz observó con bastante impresión un pasillo largo, muy largo, con las paredes repletas de puertas. Seguramente esas puertas llevarían a los dormitorios. Aún más eterno se le hizo el paseo hasta casi el final de todo el pasillo, donde se pararon ante una puerta. El líder Kabuki abrió la puerta y... entraron en una lujosa habitación (lujosa para el aspecto de un Dino habituado a dormir en el frío campo un día sí y otro también).
-Aquí podrás descansar. Se está haciendo tarde. Además, atrapar a un ladrón tan escurridizo debe de ser muy agotador..., y aún más perseguir a Maïa con lo que le gusta correr... ¿No?-le dijo con una sonrisa su nuevo jefe.
-Je...-río el Teroz. Quería reírse más pero estaba muy aturdido.
-Bueno, descansa. Mañana empezarás tu nueva vida en el clan. En el clan Infernal Dragons.
El Teroz se tumbó en su cama para dormir. Estuvo bastante tiempo allí, sobre la cama, sin poder dormir, pensando en todo lo que había pasado y en lo que pasaría. Estuvo pensando en la que sería su nueva vida hasta que sus párpados no aguantaron más... Y se cerraron.
Durmió a pierna suelta durante varias horas, pero en su sueño él no estaba tan a gusto...
En su sueño, él estaba paseando por el campo. Era feliz. Pero de repente... apareció una extraña figura humana.
No. No era humana. Era una figura MUY extraña...
-Hola, pequeño Teroz. Me complace encontrarte-le decía el 'humano'.
-¿Perdón...?-decía él, confuso.
-Eres el escogido de la oscuridad... Y yo he de completar tu poder-decía entonces la figura.
-¿Eh...?-el Teroz no era capaz de articular palabra.
-Yo soy Kay... La alma de la oscuridad... Has de poseerme-las explicaciones del extraño no eran entendibles por el Dino.
Entonces, el 'humano' se lanzó hacia el Teroz. De repente y como por arte de magia, el cuerpo del Dino absorbió al del extraño guerrero.
-Recuerda... Ahora somos los líderes oscuros..., los Dark.
El Dino despertó, envuelto en sudor y dudas por su extraño sueño... ¿o pesadilla?